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33 Entonces algunos de entre la multitud dieron instrucciones a Alejandro, a quien los judíos habían empujado hacia adelante. Y Alejandro, pidiendo silencio con la mano, quería hacer una defensa ante el pueblo. 34 Pero reconociendo que era judío, todos volvieron a gritar a una sola voz, por casi dos horas:

—¡Grande es Artemisa de los efesios!

35 Por fin, cuando el magistrado había apaciguado la multitud, dijo:

—Hombres de Éfeso, ¿qué hombre hay que no sepa que la ciudad de Éfeso es guardiana del templo de la majestuosa Artemisa y de su imagen caída del cielo?[a].

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Footnotes

  1. Hechos 19:35 Lit., enviada por Zeus; posiblemente se trata de un meteorito que veneraban en el sitio.